martes, 24 de noviembre de 2015

Galileo

*Elan Aguilar. Micro relato. D.R.*

Hay que aprovechar las ventanas de oportunidad que a veces se abren en frente de nosotros. Aunque a veces nos cueste la vida. Mirando a la luna, y recordando a mi amada, me di cuenta que era la Tierra y no el Sol el que giraba. Hoy sé que no es el sistema de los cielos lo que debe arreglarse, sino el corazón de los hombres. Esta es mi conclusión: en el vacío todos los hombres caen con igual velocidad bajo la influencia de sus miedos.

Origen

*Elan Aguilar. Micro relato. D.R.*

Te agradezco mi cuerpo y la vida, mis padres,  hermanos, y lo que no imaginaría. Miro al cielo y agradezco. Tu reino es mi mundo y agradezco también, la mujer que me compaña. ¿Y qué te ofrezco? He desperdiciado por miedo, contaminado por mis dudas, y acaparado por temor. Nada de lo que tú eres lo había emulado. Pero hoy, te agradezco infinitamente, con la mente y el corazón abiertos, con mi alegría, con mi gozo abundante. Tal como tú, maná, fuente de vida, manantial de Leteo, agua al fin, te das sin reservas, gratuitamente.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Los caballos de Dios ( Les Chevaux de Dieu )

Los recientes ataques a ciudadanos franceses por grupos orquestados desde el poder, y que no es el fin de este artículo el explicarlo, si pudimos saber del uso de gente con bombas para suicidarse y causar daño a inocentes. ¿Qué lleva a estas personas ha aceptar estas encomiendas? Parte de la respuesta la podemos encontrar en el filme "Los Caballos de Dios" y que aquí recomiendo: 

Yachine es un niño de diez años que vive con su familia en un humilde barrio de chabolas situado en la localidad de Sidi Moumen, en Casablanca. El padre y cabeza de familia se encuentra sumergido en una profunda depresión que dificulta su colaboración destinándolo a un segundo plano dentro del hogar, uno de los hermanos de Yachine está en el ejército lo que obstaculiza su disponibilidad para poder ayudar a sus parientes, otro hermano es prácticamente autista y el otro, Hamid de 13 años, es el líder del vecindario y el máximo protector del niño protagonista. Mientras, Yemma, la única mujer de la familia y madre de los jóvenes componentes, desobligada en todos sentidos, su única preocupación es, y esto es lo más estremecedor e impactante: no perderse un sólo capítulo de una telenovela de ¡Televisa! "Esmeralda". Increiblemente el símil, a pesar de ser diferente cultura, es idéntico en circunstancias: pobreza, ignorancia, corrupción, drogas, injusticia y programas sin contenido. ¿Se dirá que donde hay subdesarrollo está presente televisa?  


Desgraciadamente, Hamid es encarcelado por narcomenudeo y el menor de los hijos se ve obligado a contribuir mediante la realización de algunos duros trabajos que le ayudan a escapar de la realidad dominada por la violencia, la pobreza, el tráfico y consumo de droga que caracteriza su localidad. Durante el tiempo que pasa recluido en la cárcel, su hermano se convierte en un islamista radical que termina convenciendo al pequeño protagonista y a sus amigos para unirse a un grupo extremista. Yachine y sus circunstancias antes mencionadas, es un caldo de cultivo para el fanatismo, algo que le dé sentido, algo que lo haga sentir que vive, que no está muerto en vida. De esta forma, el nuevo clan se pondrá bajo las órdenes del Imán y jefe espiritual Abou Zoubeir, que les ayuda a iniciarse en la ideología mediante un completo entrenamiento de carácter físico y mental. Un día, el dirigente del colectivo fundamentalista les anunciará que han sido elegidos para convertirse en mártires, lo que cambiará definitivamente el transcurso de la historia.
Aviso: existen escenas (además de la mujer pegada al televisor viendo la telenovela) que pueden resultar ofensivas para el público. Apta para cinéfilos exigentes. 
Clasificación: Cinco estrellas. 
 
Elan Aguilar.

                                                Trailer de la película:


martes, 10 de noviembre de 2015

Los mandados

Los Mandados.
Elan Aguilar. Cuento. Texto completo.*D.R.

Vivo en Cuernavaca, Morelos. De la Universidad a la casa me hago ochenta y ocho minutos caminando, y cuarenta minutos si tomo dos colectivos que cobran seis cincuenta cada uno. De camino a casa tengo dos pollerías, tres verdulerías y el Super Descontón. Hoy se le ocurrió a mi madre pedirme que le hiciera las compras que no hizo en la semana. Me dio su lista en Facebook pegándola en mi muro, y por estas cosas que hace ya he pensado seriamente en bloquearla y decirle que cerré mi cuenta por cuestiones de seguridad. Primero pasé a las pollerías; siempre menciona que no vaya a comprar con Doña Lupe, por que ha escuchado de sus amigas, que da más caro que Doña Juana, aunque a mí me gusta visitar a Doña Lupe por ser más atenta y hacendosa y contar con servicio de quesos y carnes frías a buen precio, aunque algunos amigos dicen que es porque me gusta, y yo les digo que respeto a las mujeres viudas. En la pollería de Doña Juana me gaste treinta y tres cincuenta, de los cuatrocientos pesos que tenía. De las tres verdulerías siempre voy con Don Felipe, aunque él sí vende más caro que las otras dos, pero le gusta el futbol igual que a mí y aprovecho para platicar de los resultados y darle esperanza, pues es aficionado desde niño al Cruz Azul, aunque el mismo entiende que es muy posible que muera sin volver a ver campeonar al equipo de sus amores. Mis amigos comentan que le hago bullying a Don Felipe, pero yo les digo que somos "broders". Me gasté treinta y siete con Don Felipe. No me gusta tener que andar comprando los artículos de belleza a mi mamá, no es “cool”, por eso había pensado en inventar alguna mentira piadosa como decirle que los únicos colores de tintes que había eran de color rojo, pero ¡Oh sorpresa! Tenían diez por ciento de descuento, así que aproveché para comprarme un desodorante Adidas que cuesta cuarenta y dos. Aquí me gasté con todo y tinte, ciento setenta y tres pesos. Salí del Super Descontón y me regresé al negocio de Doña Lupe, aunque yo cuando la saludo le digo “Lupita”. Ahí compré el queso y las carnes frías porque además, mi mamá no lo sabe, siempre me da pilón. Aquí gasté sesenta y ocho pesos. El cambio que queda de los mandados, mi madre nunca me los pide, tal vez se le olvida o piense que me los gasto, pero los ahorro. Me gusta comprarle algún regalo para fin de año, aunque termino haciendo lo que no me gusta, comprarle algún rímel o crema para el rostro de Channel.