Hoy murió un gran amigo del mundo, y siempre que muere
alguien que piensa y vive por y para los demás, es un pena profunda, una luz
que se apaga y que nos recuerda y nos urge cada día a que haya más mujeres y
hombre que iluminen nuestro mundo y nuestras vidas para nunca, jamás, dejar a la
humanidad en manos de hombres oscuros. Y en tu recuerdo, hoy sueño, porque es
mi derecho, gratuito, soberano, antes de que aquellos, los oscuros, encuentren
una forma de cobrar un impuesto o peor aún, que soñar lo estipulen como delito.
Soñemos pues, amigo Galeano:
Que ha llegado el día en que ser político es ser ejemplo de
vida de los demás, sirviendo.
Los jóvenes han apagado sus celulares y botado los audífonos,
y han empezado a escuchar a los demás y los libros son sus artículos de primera
necesidad,
Los soldados cuidan a la población de que no sufran ningún atropello,
velan por los recursos del bien común: agua y tierra.
La iglesia consolará a la comunidad en general,
independientemente de su credo o preferencia sexual.
La educación es la ocupación primaria de los gobernantes y
de la asignación primordial de sus presupuestos.
Las fábricas de armas cambiaran sus procesos de producción
para volverse fábricas de reciclaje.
Las familias apagaran el televisor para los padres
ocuparse de la educación general de sus hijos.
Las potencias dejarán de invadir, de maniatar, de controlar,
al resto de las naciones para empezar a vivir sin temor ni miedo, sin muros, sino
en confianza y apoyo mutuo.
Los ricos dejarán de serlo por despojarse de su opulencia para compartirlo con los
pobres.
El gobierno tomará su lugar preponderante en los medios de comunicación
para darle voz a su pueblo y sus tradiciones.
Los hombres invertirán sus ganancias entre sus
conciudadanos, y no en los bancos y las franquicias.
Los municipios apoyarán a sus microempresas en lugar de las
transnacionales.
La gente dejará la comodidad del automotor para sentir la tierra y reforestarla.
Y los humanos vivirán la vida para seguir y ser leal a su
conciencia.
Elan Aguilar.