¿Por qué es tan difícil desobedecer? Porque desobedecer
conlleva un acto de CONCIENCIA y precisa del desarrollo integral de la persona.
La libertad y la capacidad de desobediencia son
inseparables; por lo que cualquier sistema social, político y/o religioso que
proclame libertad pero reprima la desobediencia, no puede ser sincero. En la
medida que faltan personas independientes y emprendedoras, es la medida de la
sumisión al poder de la sociedad.
El sistema económico actual ¿Qué tipo de hombres requiere
para funcionar? Hombres ávidos por trabajar, disciplinados y puntuales, y su
mayor interés el lucro monetario. Este carácter social es el fomentado y
reforzado por todos los medios de influencia accesibles: educación, religión,
música, hábitos, nuevas tecnologías y la literatura misma, casos actuales de
novelas juveniles que intercalan en la trama menciones de marcas y hábitos de
consumo; y por encima de estos, los métodos familiares para criar a los niños.
Debido a la influencia de los padres que ejercen en el carácter del futuro
ciudadano. Los padres son pues, primordialmente los “agentes de la sociedad”.
Esa sociedad deseable que ha logrado moldear la estructura del carácter del
hombre común a grado tal que hace lo que debe hacer, y se siente satisfecho con
las condiciones que le impone la sociedad, cualquiera que estas sean.
Los primeros años del desarrollo del hombre, se caracterizan
por su NECESIDAD de asimilar (cosas) y socializar (gente) y se espera que al
alcanzar el estado de madurez, que es el estado mental de integridad antes que
un estado físico por la edad, su tendencia pasional o infantil hacia los
objetos y su necesidad de relacionarse se transforme por la asimilación de
principios y el interés genuino por los otros. ¿Por qué existe, estadísticamente
una mayoría inmadura obsesionada con sus pasiones primarias? ¿Por qué se
dificulta tanto dar el salto cualitativo del ser?
Podemos observar que además de la fuerza de los instintos,
el hombre debe luchar ante la estructura social que le impone el sistema
económico a grado tal que “le gusta hacer lo que debe hacer” y éste se siente
satisfecho con las condiciones sociales impuestas. En otras palabras “Puede hacer
todo lo que quiere porque sólo quiere lo que puede hacer”.
Las personas que padecen una enfermedad terminal podrán
hablar de libertad, de anhelar ser libres de su padecimiento, pero la mayoría
que no lo padece difícilmente piensa en el concepto de libertad o que se
consideré preso de sus propios hábitos, y tomar consciencia de ser esclavo de
los efectos de su hastío y pasividad, y donde el apetito satisfecho se
convierte en el sentido de la vida. La libertad para consumir se transforma en
la esencia de la libertad humana. Un ejemplo actual: la “nueva” relación
EUA-CUBA, donde muchos celebran el acceso que se tendrá los productos de las
transnacionales que antes no había acceso como a los refrescos de cola. Tal es,
una libertad ficticia o fraudulenta ante las libertades vitales no sólo de los
cubanos, como lo es la libertad de movilidad o fronteras.
Elan Aguilar.Nota: Te compartimos una nota periodística: “Imperio y colonialismo. El futuro de África lo siguen decidiendo los ricos en Londres”