Cuento. Texto Completo *
Elan Aguilar.*
Vi el pizarrón. “Muere Gallina”. Lunes, siempre es lo mismo
los lunes, después de un fin de semana futbolero. El borrador ahora, hará su
tarea. Como siempre, no tiene importancia saber quién lo escribió. Muchas cosas
sufren la discriminación, no sólo la gente negra, los gordos, los flacos, los
altos o los chaparros; también los maestros, su vestir, el caminar. La lista es
larga. Yo, desde que nazco. Todos me ven con malos ojos, con ojos de prejuicio,
con ojos de sorprendido, con ojos desorbitados, con ojos de extrañeza. De los
niños y los adolescentes lo entiendo, pero ¿por qué los Hombres son tan estúpidos?
Increíble ver como un televisor les rige sus vidas, les
dicta sus normas de convivencia, de conducta, decoro, sus modas y los
parámetros de lo es “lo normal”. Sus vidas pasan de pé a pá, sin más que pasar
para la gran mayoría ¿Y acaso alguien los juzga? ¿Alguien los mira con ojos
estupefactos y dice “No, eso no está bien. No puede ser. No es normal”? ¿Se los
han dicho? No. Nadie.
Además de soportar la discriminación, he de mencionar que si
muero, a nadie le importa. Aunque debo aquí reconocer, que en esto, si me
parezco a las mayorías. La gente muere a diario y a nadie le importa. Es como
echar una cáscara de plátano a la basura. El show debe continuar: consumir,
crear basura, reproducirse, consumir.
Yo en cambio, aunque algunos me relacionen con la sapienza,
la sabiduría, el ser reflexivo. Sólo tienen ojos para mis defectos. Que no me
alimento bien y me faltan nutrimentos, que sino la edad, o achacoso. ¿Acaso
debería tomarlos en cuenta? Si la vida dura muy poco. Se comenta que la vida de
una mosca dura entre quince y veinte días en promedio, los perros de doce a
quince años, los hombres y las mujeres, en su mayoría, más de treinta años. Sin
embargo yo, en cuanto he crecido, de inmediato me hacen saber que este no es mi
lugar, que no pertenezco a este mundo, que no soy, según les han hecho creer,
algo “normal”. No me aceptan. Tratan de cambiarme. No me piden opinión. No es
si quiero o me parece bien. Es cambiarme a su manera o morir. Ser desterrado
para siempre.
“Hey profe, ya se está poniendo viejo. Ya le salió otra
cana.”
Hoy al llegar a casa, sabré mi destino: me llenarán de tinte
o seré arrancado de esta vida por unas pinzas.
Elan Aguilar
Pd.- A mis amig@s lectores. Nunca renuncies a lo que eres, no esperes ser otro, acéptate. Abrazos y feliz año nuevo 2016,