viernes, 27 de marzo de 2015

Las cinco cosas que la gente inteligente NO hace


Recientemente tuve la oportunidad de asistir a un colegio en el que se invitó a ex alumnos a dar sus discursos a los estudiantes. Y todos los participantes parecía, tenían una tendencia a hablar de una vida de éxito. Nadie había sufrido el bullying, la discriminación, alguna falta, todos habían sido populares, simpáticos, quizá traviesos, y al final: doctores, ingenieros, abogados, diputados. Y de esta manera los educadores se quedan en el estereotipo de la educación. ¿Ser o tener? Esa es la cuestión. Ninguno compartió si era una persona feliz, dichosa, líder en su familia o infeliz, desgraciada, y sin ninguna autoridad en su familia.
En lo personal prefiero, como estudiante, que alguien me de un par de experiencias o consejos que pueda llevar a la práctica.

A ellos, les comparto cinco cosas que la gente inteligente no hace:

1- Ocuparse en complacer a los demás.
Y esta característica mental inicia con el pensamiento "¿Qué pensarán de mí?" Empieza un sin fin de angustias tratando de vestirte como dicen tus papás o como visten los amigos, haciendo cosas que tu no quieres pero que lo haces para sentirte aceptado por el resto. O no decir o hacer lo que piensas que es lo correcto porque ¡los demás se pueden molestar! Empieza con un ejercicio: cuando vayas al super y la cajera no te de los diez centavos que faltan de tu cambio, solicítalo. Es su obligación como empresa tener el efectivo necesario, no es dinero de la cajera. Verás la reacción de los que van detrás de ti. Si ya desde leer esto te dices: "Ay, pero qué son diez centavos" te continuas haciendo daño en tu carácter.

2- Vivir en el pasado.
Tarde o temprano cometemos algún error que después nos lamentamos. Más si existen terceras personas que fueron afectadas por nuestra falta y que están siempre ahí para recordarte que tú no eres el que dices ser sino aquel que les causó aquel malestar. Pues bien, aquí lo inmediato es que dejes de darle vueltas al asunto y te perdones a ti mismo. Si ya has reconocido que fallaste y has tomado la resolución de no cometer el mismo error, eso debe ser suficiente para contigo mismo. Recuerda el punto anterior. Continúa adelante y con la fuerza que te da el ser sincero contigo mismo.

3- Rendirse cuando parece que las cosas no funcionan.
Hacemos planes, prevenimos y ponemos el mejor desempeño en nuestros asuntos o actividades y a pesar de ello no se da el resultado que esperábamos. Nos sentimos descorazonados, fracasados y hasta avergonzados, con coraje o tristeza. Y estos sentimientos parecen normales porque la educación familiar o escolar así te lo inculcan. Nadie quiere hablar de sus fracasos. Y sin embargo la derrota te da la oportunidad de fortalecer tu carácter si la aceptas. De volver a intentarlo. De acrecentar tu confianza. De darte cuenta que no eres el único y que el mundo no se acaba aquí.

4- Miedo a la soledad.
Consciente o inconscientemente, nos "educan" a no pensar, a no reflexionar, a no saber qué es lo que TÚ quieres en la vida. Toda nueva "tecnología" esta enfocada con tal propósito: gente con audífonos todo el día, pegados a las redes sociales para saber el "estado de ánimo" de los demás, "guatsap" para informarme que es lo que están haciendo los demás en este momento, la nueva señal de TV en alta definición y todos con su pantallita de plasma para "mover a México" ¿En el sofá?
¿Qué eres y quién eres? Esa respuesta la tienes exclusivamente tú y nadie más, ni papá, ni mamá, ni el novio o la novia, el sacerdote, el psicólogo, el doctor, el gobierno, ni Dios. Y la manera de saberlo es pasando rato a solas contigo mismo. Si no tienes el hábito de hacerlo no lo intentes inmediatamente. Puedes empezar por leer un libro en tu cuarto, en la playa, en el campo, en un lugar que sabes que podrás tener unos minutos contigo mismo sin ser interrumpido. Empezarás a ejercitar el hábito de escuchar y reflexionar tus pensamientos. Fortalecerás la mente. 

5- Pensar que los demás nos deben algo.
Nada. No esperes nada de los demás, ni las gracias. Si puedes empezar a aceptar esto, sin recriminaciones ni rencores, ya la hiciste. Todos hacemos las cosas porque queremos y punto. Asumir las consecuencias de ello es la mejor manera de hacerlo. Algunos padres sienten la responsabilidad de ayudarnos mientras somos menores de edad, otros dicen que por amor, otros porque pueden económicamente, pero ninguno de ellos nos debe nada. Aprovecha cada apoyo recibido y da las gracias, siempre. Un corazón agradecido no le falta nunca nada.

Gracias por existir.    Elan Aguilar

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sábado, 7 de marzo de 2015

El segundo sexo




El Día Internacional de la Mujer es un buen momento para reflexionar ¿Qué cambios o logros se han consolidado en relación al trato, derechos y oportunidades de la mujer? Veamos algunos antecedentes históricos:

Aristóteles (Política, III, 1) definió la ciudadanía como la posibilidad de participar en el poder político; la mujer constituía, así, el sector social más alejado de la posibilidad de participar en él, por cuanto que, a diferencia de los metecos y los esclavos, no podía convertirse nunca en ciudadana.

Hubo que esperar a la época helenística para ver a grandes figuras femeninas emerger en el mundo griego, ya en decadencia después de la muerte de Alejandro Magno, tal es el caso de reinas como Berenice, Arsínoe o Cleopatra. 

La obra de Sigmund Freud hay quienes la consideran sexista, debido a su visión de que las mujeres están «mutiladas y debe aprender a aceptar su falta de pene» —en términos freudianos, una «deformidad»

La teoría de Lacan sobre la sexuación organiza la feminidad y la masculinidad de acuerdo a las diferentes estructuras inconscientes. Tanto los sujetos masculinos como los femeninos participan en la organización «fálica», y el lado femenino de la sexuación es «suplementaria» y no al revés o complementaria. La sexuación —situación sexual—, vale decir, el desarrollo de los roles de género y los juegos de roles en la infancia, descompone los conceptos de identidad de género como innatos o biológicamente determinados, siendo estos el resultado de la lógica significante en juego y la satisfacción asociada.

El feminismo (del latín femĭna, mujer, hembra, e -ismo) es un conjunto heterogéneo de ideologías y de movimientos políticos, culturales y económicos que tienen como objetivo la igualdad de derechos entre varones y mujeres, así como cuestionar la dominación y la violencia de los hombres sobre las mujeres y la asignación de roles sociales según el género.

La Convención sobre los derechos políticos de la mujer  (Convention on the Political Rights of Women) fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la resolución 640 (VII), de 20 de diciembre de 1952 y entró en vigencia el 7 de julio de 1954, basándose en el Artículo 21 de la Declaración de Derechos Humanos, y explicitando el derecho de las mujeres al voto y su acceso a cargos públicos.

Demagógicamente se ha tomado a la palabra, idea o imagen de “La mujer” para la obtención o permanencia del poder, ahí están “las juanitas” en puestos plurinominales, los programas “para la mujer”, reformas a las leyes contra “la violencia de género”, y en la práctica: políticos varones usurpando los lugares o las propuestas de “las juanitas”, fiestas privadas con cortesanas, actos públicos donde les parece ingenuo y gracioso levantarle la falda a la mujer para que todos le vean su prenda íntima. La violencia de género continúa y las leyes, en su mayoría de casos ha sido mal utilizada, sin remediar la agresividad ante la mujer.

Sin embargo, el macho no nace, se hace. Una herencia cultural mexicana desde la llegada de los españoles y su evangelio conquistador. ¿No era la mujer sometida, casta, obediente al hombre y a su voluntad desde antes de la conquista?  Bueno, pues si te interesa saber aquí te dejo un enlace: La Mujer en la Época Prehispánica. Para pronto, existían reinas que poseían grandes extensiones de tierra. ¿Has escuchado de la Reina Maya?

Y después de largos años de programación mental de padres a hijos sucesivamente, hoy que ya no existen instituciones como la santa inquisición, y aunque aparecen otras de menor poder como grupos defensores de la moral y las buenas costumbres, el reto de la mujer actual es con ella misma y su desprogramación arraigada, profunda, encepada. Partamos de un punto: la única diferencia entre mujeres y hombres es su sexo, todo lo demás se puede discutir. Sentimos y pensamos igual. Así que no se nace mujer u hombre, se llega a serlo. Tres principios básicos en la mujer y en el hombre para su desarrollo integral. Respeto, el respeto así mismo, ser congruente, coherente con sus propias creencias, la que practique, la que predique, cual sea, pero nada hay para fomentar el carácter que ser leal con uno mismo; no hacerlo así significa llanamente no ser, no ser mujer u hombre. La gratitud, el sentimiento de estima y reconocimiento que una persona tiene hacia quien le ha hecho un favor o prestado un servicio, por el cual desea corresponderle. Y la primera, la esencial: nuestros padres, salvo excepciones, no por el simple hecho del parto sino por su ejemplo. Y la gratitud queda manifiesta cuando correspondemos con actos. Uno de los males mayores de la sociedad actual es ver a los padres abandonados a su suerte o en lo mejor de los casos en asilos.  Así respeto y gratitud, nos dan admiración: valoración muy positiva de una persona o una cosa por sus extraordinarias cualidades. Sentir admiración por los demás es estar plenamente consciente de mis cualidades, de mis alcances y de mis limitaciones.

Alguna vez los hombres y las mujeres dejaran de jugar a “los días” y empezar a vivirlos, con plenitud, sin ataduras, ¿De qué sirve hablar de la liberación de la mujer cuando alguna prefiere la comodidad de la dependencia, o de la represión sexual a cualquier costo?

Un libro que ayuda a la reflexión “El segundo sexo” de Simonede Beauvoir, aquí algunas frases sobre el aborto:

·  "El control de la natalidad y el aborto legal permitirían a la mujer asumir libremente sus maternidades".

·  "Es significativo que la Iglesia autorice, si se da el caso, la muerte de hombres hechos y derechos: en las guerras o cuando se trata de condenados a muerte, pero se reserva para el feto un humanitarismo intransigente"
Elan Aguilar