viernes, 15 de mayo de 2015

Al maestro con cariño


Estoy en la disyuntiva entre lo políticamente correcto o hablarles desde la experiencia. Pero les compartiré mi experiencia, espero no ofender a nadie con mis vivencias. Del kínder puedo decir poco porque era todo juego, no hubo regaños ni jalones de orejas ni malos tratos, y de las maestras sólo recuerdo que después de dejarnos la actividad a realizar, se salían a charlar en los pasillos o se sentaban detrás del escritorio a leer alguna revista. Afortunadamente no existía el whatsapp o juegos de celulares. En la primaria tuve una profesora que vendía galletas en el salón antes del recreo y sino comprabas era mejor portarse bien porque te encontraba una razón para castigarte. Y un profesor que le encantaba llamar la atención jalándote la patilla o aventarte el borrador, sarcástico con quien no contestaba correctamente a sus preguntas. En secundaria fueron los chidos, y la piedra en el arroz, un profesor alcohólico que casi diario se dormía en el salón. En la preparatoria, por igual, éramos una familia. Preocupados por hacernos pasar de la mejor manera nuestra estancia. En la universidad, estuve en la facultad de ciencias químicas donde los maestros se portaban como verdaderos maestros de ciencias exactas, y de conducta intachable. También me tocó estar en la facultad de Administración y Contaduría, qué barbaridad, me hicieron sentir arrepentimiento en lugar de orgullo por dicha universidad. Profesores que sólo se dedicaban a transcribir en el pizarrón el libro de texto, o dejaban tareas por equipos y terminaban los alumnos por desarrollar el temario del semestre. Profesores que se prestaban a pasar a los chavos por botellas o llantas de carro y a las chavas por asistir a alguna fiesta privada. Profesores que no invitaban al desarrollo del pensamiento crítico sino a contestar al pie de la letra el texto leído. Otros, era la facultad su punta de lanza para sus pretensiones personales o políticas, es decir, la enseñanza les importaba un bledo.  La maestría aquí no entra pues se espera que seas autodidacta.

Y quedan siempre presentes los profesores que daban lo mejor de sí, que les tomabas gusto por asistir a la escuela, simplemente por estar ahí, en su clase, En la primaria, la maestra Purificación quien ya falleció pero supo de mi agradecimiento. En la secundaría el profesor Carlos de Español, que vive su tercera edad en la tranquilidad de su hogar. En la preparatoria el profesor Cecilio, maestro de filosofía y literatura, un maestro que daba clase a la preparatoria, que le da renombre su presencia y sin embargo, lo mataron posteriormente. Un estudiante si se le puede llamar así, un ser totalmente inconsciente. En la Universidad un profesor de economía, que escucharlo hablar levantaba las conciencias, su presencia le daba otra altura a la facultad, cuando daba conferencias el auditorio se llenaba, unía a la comunidad. También lo mataron ¿casualidad? Parece que ser un gran maestro no está permitido en esta sociedad. Sé que debe haber muchos como Purificación, Carlos, Cecilio y Edgar, a ellos, felicidades. Porque su enseñanza le da sentido a la vida.
15 de mayo 2015

lunes, 4 de mayo de 2015

México su problema es simple, no tiene Madre.


Se comenta que para curar las enfermedades es necesario la caricia materna. Y también se dice que la falta de amor materno es causa del desarrollo de enfermedades en los individuos. Y bueno, no hay que ser científico para darle la razón a quienes así lo afirman. Basta mirar el trato que en reciprocidad se le da a la Madre Tierra y pues, algunos dirán que no tenemos madre. Destrucción por doquier. Destrucción nacida de la falta de amor maternal. Las sociedades de “primer mundo” están manipuladas al llamado “progreso”. Y sin embargo progreso para dichas culturas es sinónimo de desarraigo. Los bebes nacen y se van directo a una guardería o con la nana. Las nuevas generaciones en México, por distintos factores: económicos, sociales, de educación, etc., tienden a “americanizarse”, olvidándose de sus raíces y tradiciones, de ese ARRAIGO que les permitirá ser personas sanas y estables.

Pongamos algunos ejemplos: el uso de tablets para que un bebe interactúe con algún juego o aplicación mientras la madre se ocupa de continuar su rutina social. Parece muy moderno ¿no? Pero se sacrifica la salud mental y emocional del niño. Los cines o expendios de comida rápida que cuentan con juegos infantiles. Qué lindo ¿no? Pero nada sustituye el juego lúdico con la madre. Se sacrifica aquí el desarrollo del carácter del niño. Esto en lo particular. En lo general, podemos observar como las familias y las escuelas empiezan a promover el Halloween  por el Día de Muertos. ¿Y eso qué? No pasa nada ¿no? Si, si pasa. México empieza a perder su identidad y una sociedad sin identidad es una sociedad a la deriva. En un día de muertos, por ejemplo, la gente se reúne con sus difuntos o pone un altar, es honrar la memoria; las familias cocinan panes de muerto o tlaxcales hechos de maíz, una hortaliza que la filosofía maya se le considera el origen del hombre y en la náhuatl de la fertilidad. Y no le demos mucha vuelta, ya desde este hecho hablamos de gratitud a la madre tierra pues el maíz constituye la base alimenticia de los pueblos de Mesoamérica. En un Halloween, además de no ser parte de nuestra realidad, se solventa el compromiso comprando artículos en los centros comerciales ¿y luego? Bueno, luego a seguir haciendo más basura y contaminación, más destrucción.

Un hecho: “Los centros penitenciarios juveniles están llenos, en su mayoría, por adolescentes que fueron desatendidos o abandonados por sus padres, y dejados a cargo en el mejor de los casos, a los abuelos”. Dicho esto por gente que ha estado a cargo de una de estas instituciones públicas, y del cual omito su nombre.

Y la frase “No tiene madre” pues no es que a alguien se le ocurrió y ya, tiene sus razones. Así que ahora se acerca el DÍA DE LA MADRE y sería una excelente oportunidad de retornar a nuestras raíces. De agradecer a la Madre Naturaleza que es de dónde todos, sin excepción, venimos. Madre es sinónimo de hogar, de paraíso. Adan y Eva fueron DESTERRADOS del paraíso. La gente que enferma trata de sanar, destruyendo. Oye ¿ya te desparasitaste? Un par de pastillas y ¡al carajo todos los bichos! Y así por el estilo ¿no? Quirófano, quimioterapia, etc. Progreso no es desarraigo ni falta de memoria. Quizá para el americano, para el europeo, pero no para el latinoamericano. Con grandes tradiciones y raíces sobre el ser integral, sano y estable. La mujer, la madre, juegan un rol primordial, y es tanto que los conquistadores españoles les sustituyeron su creencia por “una virgen”.

Estas son algunas de las deidades femeninas prehispánicas para darnos una idea de su identidad y raíz con la tierra: Xilonen y Chicomecoatl (maíz tierno y maíz maduro), Mayahuel (maguey), Huixtocihuatl (sal), Chalchiuhtlicue (agua), Iztaccihuatl (montañas) y Xochiquetzal (flores). Omecihuatl, la gran creadora de la que surgen dioses y hombres; Toci, “Nuestra abuela”; Teteoinnan, “Madre de los dioses”; Coatlicue, madre de Huitzilopochtli; Tonacacihuatl, “Mujer de nuestro sustento”. Cihuacoatl, diosa invocada en los partos difíciles; Tonantzin, “Nuestra madre”; Yoalticitl, patrona de los partos; Tlazolteotl, la gran paridora.

Así que la filosofía de nuestros antepasados era el culto a la fertilidad, a la sexualidad. Hoy es tabú o se le reprime y pues nuevamente, la gente enferma: física o emocionalmente. Entonces que este día de la madre que se aproxima, no sólo quede en comidas familiares, visitas a restaurantes, viajes o cualquier otro regalo que la consienta. Que podamos reflexionar sobre la importancia de retomar nuestras raíces y tradiciones. De proteger a nuestra tierra como lo haríamos con una madre. Hoy por ejemplo, en México los políticos hablan de querer privatizar el agua como lo hacen los europeos o los americanos ¿y nos quedaremos callados? Quieren llenar nuestra tierra con semillas transgénicas, de laboratorios de transnacionales ¿y nos quedaremos callados?  Lo siento, sino te dice nada.

Vamos pues a procurarnos como nos procuraría nuestra madre: crianza, educación y salud. Que cada uno pueda crear un hogar feliz, porque entonces México volverá a ser un hogar, un paraíso. Un lugar con Madre.
Elan Aguilar